Por Harold Díaz, Desde el Terreno de Juego
NUEVA YORK — Tras una campaña profundamente decepcionante que terminó con los Mets fuera de los
playoffs en el último día de la temporada, la organización ha iniciado una reestructuración significativa de su staff de gerentes. A pesar de que el gerente
Carlos Mendoza regresará para el tercer año de su contrato; sus principales asistentes pagaron el precio por el colapso del equipo.
La “purga” del staff incluye varias figuras clave que no regresarán para la temporada 2026:
- Jeremy Hefner: Gerente de lanzadores, a quien no se le renovó la opción de contrato. Era el gerente de más antigüedad, habiendo servido seis temporadas en la organización.
- Jeremy Barnes y Eric Chavez: Gerentes de bateo, quienes fueron despedidos a pesar de tener un año restante en sus contratos. Chávez afirmó que, aunque siente gratitud, “como un todo, fallamos”.
- John Gibbons: Gerente de banca, quien renunció, indicando que era tiempo para “sangre nueva”.
- Mike Sarbaugh: Gerente de tercera base.
- Glenn Sherlock: Instructor de receptores, quien anunció su retiro después de 30 años de carrera.
El presidente de operaciones de béisbol,
David Stearns respaldó la decisión de mantener a Mendoza, pero fue claro: “Cuando vienes de una temporada decepcionante como esta, la evaluación del staff ciertamente va a ser un poco más intensa”.
El Fracaso del Rendimiento
La reestructuración es una respuesta directa al bajo rendimiento del equipo, especialmente después de tener el mejor récord de la MLB hasta mediados de junio.
- Pitcheo: A pesar de haber tenido éxito al inicio, el equipo terminó con un promedio de carreras merecidas (ERA) de 4.03, ubicándose en el puesto 18 de las ligas mayores. Esto se debió, en parte, a una oleada de lesiones que afectó a seis lanzadores.
- Bateo: Aunque el equipo finalizó con buenos números generales (quinto en wRC+ en las ligas mayores 12), la ofensiva fue inconsistente y careció de bateo oportuno. Un dato revelador es que el equipo terminó
0-70 cuando estaba perdiendo después de la octava entrada, siendo el único equipo sin una remontada en la novena entrada en toda la liga.
Los únicos sobrevivientes de la reestructuración son el gerente de primera base y corredor de bases,
Antoan Richardson, el gerente de estrategia, Danny Barnes y el asistente Rafael Fernández. Richardson recibió elogios, ya que bajo su tutela
Juan Soto robó un récord personal de 38 bases.
¿Castigo o solución performática?
La decisión de remover a tantos gerentes ha sido etiquetada por algunos como un “sacrificio ritual” o “castigo”16. El problema del equipo es profundo y va más allá de un solo gerente. La crítica señala que Stearns debe ir más a fondo y evaluar el balance de un roster que parecía “defectuoso” y con piezas clave propensas a lesionarse.
Ahora, Mendoza tiene la oportunidad de rodearse de su propia gente, pero la presión recae en la oficina principal para construir un roster más equilibrado y con más profundidad defensiva que evite que el equipo vuelva a colapsar.